Corrupción en las empresas
Como bien sabemos, la corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar) y según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) , se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.
En nuestro país hay suficientes garantías para asegurar el éxito de la inversión privada, especialmente de capitales extranjeros. Entre estas garantías varias son consideradas como delitos en los países de origen de las numerosas transnacionales que operan en el país. Según Héctor Kol (Corrupción en la Empresa Privada, año 2003) Chile permite la corrupción como herramienta de generación de proyectos y para asegurar la rentabilidad de los mismos a la empresa privada extranjera. Y es desde el Poder Ejecutivo, principalmente, que emanan los lineamientos que permiten que, recurriendo a toda clase de irregularidades, las empresas extranjeras obtengan fabulosas utilidades incapaces de conseguir en otras naciones.
Una empresa privada en Chile puede evadir impuestos sin correr riesgo dada la escasa fiscalización estatal a estas irregularidades, y no sólo en eso, sino también la empresa privada cuenta con las instituciones de seguridad pública como Carabineros de Chile para amedrentar a los trabajadores que demandan mejores condiciones laborales o salariales y para reprimir las protestas que organizan los sindicatos ante los abusos empresariales. En nuestro país se puede desvincular de la empresa a una mujer embarazada a pesar del "fuero maternal". También puede despedir a los dirigentes de los sindicatos, que también cuentan con un "fuero sindical" aprovechando la inexistencia de Tribunales del Trabajo, clausurados por la Dictadura Militar tras el Golpe de Estado.
En nuestro país hay suficientes garantías para asegurar el éxito de la inversión privada, especialmente de capitales extranjeros. Entre estas garantías varias son consideradas como delitos en los países de origen de las numerosas transnacionales que operan en el país. Según Héctor Kol (Corrupción en la Empresa Privada, año 2003) Chile permite la corrupción como herramienta de generación de proyectos y para asegurar la rentabilidad de los mismos a la empresa privada extranjera. Y es desde el Poder Ejecutivo, principalmente, que emanan los lineamientos que permiten que, recurriendo a toda clase de irregularidades, las empresas extranjeras obtengan fabulosas utilidades incapaces de conseguir en otras naciones.
Una empresa privada en Chile puede evadir impuestos sin correr riesgo dada la escasa fiscalización estatal a estas irregularidades, y no sólo en eso, sino también la empresa privada cuenta con las instituciones de seguridad pública como Carabineros de Chile para amedrentar a los trabajadores que demandan mejores condiciones laborales o salariales y para reprimir las protestas que organizan los sindicatos ante los abusos empresariales. En nuestro país se puede desvincular de la empresa a una mujer embarazada a pesar del "fuero maternal". También puede despedir a los dirigentes de los sindicatos, que también cuentan con un "fuero sindical" aprovechando la inexistencia de Tribunales del Trabajo, clausurados por la Dictadura Militar tras el Golpe de Estado.
La empresa
privada encuentra un paraíso cuando invierte en Chile. Capitalistas
norteamericanos y europeos cuentan, en nuestro país, con amplias garantías para
operar en un medio que tolera todas estas irregularidades.
Pero la corrupción, no sólo
aborda a la grandes empresas privadas quienes buscan maximizar sus utilidades,
no sólo se refiere a “aprovecharse de los más débiles”, que en este caso es la
gente de más bajo status socio-económico, sino también es “robarle al rico”, es
conocido que los administradores de las empresas, roban a los dueños de las
empresas recortando presupuestos, pidiéndoles a sus proveedores que emitan
facturas por un monto alto, en dónde el precio que se le paga al proveedor será
mayor al del mercado, pero menor al que se establece en el contrato y factura
emitida por el servicio, y por ende va directamente al bolsillo del quien
administra o está a cargo de dicha actividad.
No es menor el tema de la
corrupción, menos en nuestro país, en donde se disfraza una economía creciente
que va de la mano con una serie de situaciones inaceptables en otros países y
más aún, inaceptable por la mayoría de todos los chilenos.
